Sunday, August 14, 2011

Itinerario de una Rebelión Estudiantil Inconclusa


Por Rolando Hugo Vergara
El movimiento estudiantil irrumpe de manera sorpresiva en el apacible y dorado otoño, con sus demandas de educación pública, democrática, gratuita y de calidad para todos. Las manifestaciones, marchas, tomas de colegios y paros de los estudiantes secundarios y universitarios, educadores y trabajadores han continuado entibiando el frío invierno chileno y creciendo constantemente en calidad y en masividad. Los 25 mil manifestantes que marcharon por la recuperación de la educación pública desde Plaza Italia hasta el Paseo Bulnes, justo al frente de La Moneda, el 12 de mayo, se transformarían en más de 200 mil personas sólo en Santiago y 196 mil en las distintas regiones del país el 30 de junio.
Descontentos con el trato y las respuestas del Ministro de Educación Joaquín Lavín, la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) y la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES) convocaron a un paro nacional por la educación pública.
Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) señaló que el “Ministro primero nos subestimo, luego nos deslegitimo, luego nos trato de mentirosos porque la crisis según él no existía en la educación superior (…). Y aun no ha sido capaz de dar una respuesta concreta a nuestras demandas”. A estas alturas el ex Ministro Lavin es sólo un infortunado episodio en el primer capítulo de ésta historia que ha comenzado a escribir el movimiento social. Los estudiantes, desde el inicio, lo objetaron como interlocutor válido y exigieron su renuncia por estar involucrado directamente en el negocio de la educación. Se sabe que tenía acciones en la Universidad del Desarrollo en la ciudad de Concepción. Ante el repudio de los estudiantes, el Presidente Sebastián Piñera no tuvo otra alternativa que moverlo a otro Ministerio en la reciente restructuración de gabinete.
El paro del 30 de junio marcó un avance significativo en la lucha de los estudiantes no sólo por su masividad, sino también por la composición de las fuerzas sociales que participaron. Se sumaban, por primera vez, importantes organizaciones sociales como el Colegio de Profesores, el Consejo de Trabajadores de la Educación, los trabajadores de la salud agrupados en la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam) y los empleados públicos representados en la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF). Carolina Espinoza, presidenta de la Confusam llamó a sus miembros a adherir a la convocatoria de los estudiantes expresando que “tanto la educación, como la salud, son un derecho y una responsabilidad del Estado, por lo que consideramos un deber ético y moral [hacernos] parte del paro nacional.”
“Esta fue una jornada grandiosa y monumental. Esto nos da una señal y nos deja establecido que este es un movimiento ciudadano por la educación pública”, expresó Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores.
La respuesta del gobierno a la gigantesca movilización ciudadana la entregó el propio Presidente Sebastián Pinera en cadena nacional, el 5 de julio; ocasión en la cual planteó un Gran Acuerdo Nacional por la Educación, conocido como la propuesta GANE. Los primeros en responder, tres días después, fueron los estudiantes universitarios a través de la CONFECH, quienes de manera categórica rechazaron el plan GANE, por ser “un proyecto que no responde a los ejes y desafíos que esperamos para el futuro de nuestro país.”
Desde la vetusta casa central de la Universidad de Chile y en una declaración pública, los dirigentes de la CONFECH profundizaron sus planteamientos.
“Creemos que responder a nuestro petitorio de cambio estructural con un fondo [financiero] sobre el cual no existe ninguna claridad sobre criterios de asignación, es pensar que nuestras exigencias son exclusivamente económicas, cuando también corresponden a demandas políticas y sociales, sostuvieron. Y agregaron que “reducir el conflicto a la mayor inyección de recursos, sin parámetros claros, no logrará superar la profunda crisis de la educación. Para enfrentar este problema necesitamos un Estado verdaderamente comprometido con la educación como derecho social y como estrategia para el desarrollo del país.”
Para los estudiantes “la propuesta del gobierno no es más que la continuidad del modelo ya existente que, aún más ideologizada, profundiza un sistema que favorece la exclusión y segregación social, el endeudamiento de las familias y la ausencia de un proyecto de desarrollo nacional. Esto debido a que el programa anunciado permite de forma directa una posibilidad de legalización del lucro en la educación”.
Y concluyeron señalando que “el gobierno ha ignorado los ejes fundamentales de nuestra movilización: un rol del estado como garante del derecho a la educación y con un fuerte compromiso con sus instituciones; democratización de los establecimientos educacionales; un nuevo sistema de acceso que reemplace los sesgos de la PSU; el fin efectivo al lucro en toda la educación; y el término del endeudamiento familiar”.
Sin abandonar las escuelas ocupadas y sin detener las movilizaciones, el movimiento estudiantil se dio un respiro para la discusión y la reflexión, esenciales para el afinamiento de las distintas proposiciones y el diseño de una propuesta común conocida hoy como Bases para un Acuerdo Social por la Educación Chilena.
Los dirigentes universitarios, secundarios y del Colegio de Profesores hicieron entrega del documento, casi simultáneamente, a Felipe Bulnes, nuevo Ministro de Educación; y al presidente en ejercicio del Senado, Juan Pablo Letelier (PS) y de la Cámara de Diputados, Patricio Melero (UDI).
Camila Vallejo, presidenta de la FECH dijo que “con este primer documento queremos señalar que el movimiento social por la educación ha iniciado una nueva etapa de elaboración de una propuesta para un gran Acuerdo Social por la Educación donde se expresan las demandas de los estudiantes secundarios, profesores y universitarios”.
Los estudiantes comienzan haciendo un diagnostico de la educación chilena, sosteniendo que se encuentra en una profunda crisis estructural y que para solucionarla es necesario una reforma integral y profunda. La propuesta delinea, a continuación, los ejes fundamentales que deben orientar las transformaciones afirmando que se asientan en “la firme convicción de que la educación es un componente esencial para alcanzar un nuevo proyecto histórico de desarrollo democrático que tanto anhela el país y para superar las escandalosas brechas de desigualdad que hoy presenciamos. Es así entonces, que se ha planteado la necesidad urgente de recuperar la educación como un derecho social y humano universal, que debe ser garantizado por la Constitución Política de Chile, y que este estructurado en base a un nuevo Sistema Nacional de Educación Pública, gratuita, democrática y de calidad organizado y financiando por el Estado en todos sus niveles, es decir, desde la cuna en adelante asumiendo un proceso continuo de formación”.
El ministro de Educación, Felipe Bulnes de modo diligente respondió, el 1 de agosto, con un nuevo documento titulado Políticas y Propuestas de Acción para el Desarrollo de la Educación Chilena, el cual contiene 21 medidas con las cuales el gobierno intentó dar respuesta a los planteamientos formulados por los estudiantes. Entre las propuestas principales se encuentra la desmunicipalización selectiva y gradual de los establecimientos escolares en aquellos municipios “que no alcancen estrictos niveles de calidad educativa”. Del mismo modo el ministro reafirmó que el Gobierno impulsaría una reforma a la Constitución de modo que la calidad de la educación sea considerada “una garantía constitucional”.
Un día antes de lo previsto, los estudiantes respondieron con los pies al ministro Bulnes convocando a dos marchas: una en la mañana de los secundarios y otro en la tarde de los universitarios y organizaciones sociales. Para entonces, ya se sabía que la mayoría de las federaciones universitarias del país se habían pronunciado en contra de las 21 proposiciones del gobierno.
Para asombro de los santiaguinos el día jueves 4 de agosto Plaza Italia, punto de inicio de todas las marchas estudiantiles, amaneció cercada para impedir el acceso a ella. Y con el correr de las horas, quedaría claro que el gobierno había optado por la mano dura y la represión violenta para responder a los estudiantes y organizaciones sociales. Según el subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla, hubo 874 personas detenidas y 90 carabineros heridos en la jornada de protesta. No se menciona, por supuesto, ningún estudiante lesionado como consecuencia de la desmedida fuerza utilizada por las fuerzas policiales.
Al día siguiente en conferencia de prensa los lideres Camila Vallejo, de los universitarios, Freddy Fuentes de los secundarios y Jaime Gajardo del magisterio confirmaron el rechazo oficial a la nueva propuesta del gobierno.
Freddy Fuentes, vocero de los secundarios, señaló que la rechazaban “porque pensamos no esta respondiendo nuevamente lo que son nuestras demandas. La clase política sigue defendiendo sus intereses, sigue demostrando que su ideología esta siendo defendida en estos documentos”.
Camila Vallejo, representante de los universitarios, dijo que habían rechazado el documento del ministro Bulnes porque es “más de lo mismo”. Y añadió “que lo que se plantea acá es una profundización de la lógica del endeudamiento como acceso a la educación; no se habla de cómo fortalecer concretamente la educación pública como pilar del sistema educacional en todos sus niveles; se legitima el lucro, que constituye hoy día el cáncer del sistema educacional, que además el 80% de la ciudadanía rechaza; y tampoco se avanza en cambios constitucionales que permitan que el Estado sea garante y proveedor de educación”.
Los dirigentes del movimiento social por la educación instaron al gobierno a dar una ‘respuesta seria y coherente” a sus demandas dentro de un plazo de 6 días, y anunciaron que mientras tanto permanecerían movilizados.
Después de seguir con atención los últimos acontecimientos en Chile tendríamos que concluir, que el movimiento estudiantil ha demostrado audacia, creatividad e inteligencia, lo cual le ha permitido mantener la iniciativa hasta ahora. Audacia para enfrentar con resolución al sistema, creatividad para expresar con ingenio sus demandas e inteligencia para aprender de las luchas precedentes. El referente histórico inmediato en la lucha por cambiar el modelo educacional vigente es, sin dudas, la “rebelión de los pingüinos” del 2006, que a pesar de no haber conseguido sus objetivos fundamentales es y seguirá siendo fuente de valiosas lecciones para las luchas presentes y futuras del movimiento social.
En este instante es evidente, a la luz de la propuesta elaborada por el movimiento social y por las ideas expresadas por sus lideres, que la lucha por una educación pública, democrática, gratuita y de calidad para todos los chilenos no es posible sin cambiar la Constitución de 1980 y las leyes fundamentales que rigen el sistema económico, político, social y cultural de nuestro país. Las leyes que convirtieron en un negocio la salud, la educación y la previsión social de los chilenos, y que quedaron casi intactas durante los 20 años de gobiernos de la Concertación, son un componente esencial de la institucionalidad heredada de la dictadura.
De esta manera la lucha por la educación, cada día que pasa, deviene más y más en una batalla política por derribar los pilares de la “democracia tutelada” de Pinochet y avanzar hacia una nueva democracia, con pueblo, con participación ciudadana y con justicia social. Para ello se necesita generar una fuerza social mayoritaria, que aún no se vislumbra, pero que los estudiantes y profesores con audacia están ayudando a crear. El futuro es incierto, pero también infinitamente luminoso.

Sunday, April 25, 2010

Diario Uno Hace Noticia

Por Rolando H. Vergara*
Un hecho extraordinario tuvo lugar en el mes de marzo en Chile. Diario Uno-D1 apareció a la venta en las principales ciudades del país.
Algunos indicios teníamos por las noticias que llegan, de cuando en cuando, en las maletas de los viajeros que vienen regresando; y ahora que ya se encuentra en los kioscos y en las calles, saludamos con entusiasmo la aparición de este nuevo medio informativo.
En el Chile de hoy, donde los ciudadanos están impedidos en la práctica de ejercer sus derechos a la libertad de opinión y de expresión, y donde la opciones para informarse se reducen grotescamente a elegir entre los grupos mediáticos monopólicos El Mercurio y Copesa, voceros de los poderosos y el gran capital, es fundamental la existencia de una prensa libre y crítica.
A la distancia enviamos nuestros elogios a ese puñado de audaces y soñadores que dieron forma a la idea de fundar un diario nacional con el confeso propósito de romper el cerco informativo que impone la concentración de los medios de comunicación en unas pocas manos. La iniciativa de publicar Diario Uno -D1 es indiscutiblemente una gran idea, que pone a la orden del día la obligación de pensar y soñar en grande. En momentos decisivos como los que se viven en nuestro país, la audacia tiene que ir de la mano con el realismo para pensar y soñar en grande. Es esencial, más que nunca, creer en el poder de los sueños. "La utopía esta en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar", reflexiona el gran historiador uruguayo Eduardo Galeano. El Chile del futuro será exactamente el país que seamos capaces de soñar ahora.
Según los principios orientadores que se han definido, Diario Uno-D1 es un medio de comunicación inspirado en el interés público, con irrestricta independencia de toda forma de poder establecido sea de origen empresarial, político, gremial, religioso o cualquier otro. Esta inédita iniciativa de periodismo social y comunitario pretende, según sus impulsores, involucrar a los ciudadanos en general y, en particular, a las organizaciones sociales desde la base en cada comuna y ciudad del país. Otro rasgo importante que se señala, es el ejercicio de una visión crítica y autocrítica de la realidad en el marco del respecto a la dignidad de las personas. Y se afirma también que no será misión del diario "adoctrinar, evangelizar ni hacer proselitismo político ni concientizar. Nuestra misión será ante todo informar, garantizar espacios de opinión y promover el acceso al conocimiento. Esperamos con ello no sólo dar cuenta de la realidad del país, sino también del mundo y sobre todo de América Latina."
En una campaña pública lanzada en la ciudad de Santiago, Ahumada con Huérfanos, y con la colaboración del Movimiento Ciudadano Aquí la Gente, se llamó a todos los ciudadanos a participar en esta gran aventura de crear Diario Uno-D1, se lee de uno. La meta, según se anunció es conseguir 3 mil hombres y mujeres con espíritu de aventura que se pongan con 10 mil pesos. Quienes decidan embarcarse en la empresa y convertirse en socios deben depositar la cantidad mencionada en la cuenta No 01-78909-0 del Banco Bice, cuenta asociada al RUT 8.252.630-7 de Marcel Claude, Director de Diario Uno. Al mismo tiempo deben enviar copia del comprobante del depósito a las oficinas del diario cuya dirección es San Antonio 378 Oficina 808, Santiago. Más detalles acerca de cómo formalizar el registro de socio pueden ser obtenidos en la página del periódico en Internet www.diariouno.cl. Serán los socios del diario quienes, en ultima instancia, asumirán la propiedad y control del diario a través de la constitución de la Cooperativa de Comunicaciones Uno.
Desconocemos, en este instante, cual ha sido la respuesta de la gente y cual ha sido el resultado de la campaña. Sin embargo pensamos que cualquiera que sean, es fundamental apoyar de todas maneras esta expresión de periodismo libertario y democrático. Creemos que es importante difundir Diario Uno -D1 aquí en las comunidades Chileno-Canadienses, de modo que quienes sientan correr por sus venas un poquito de ese espíritu de aventura puedan también hacerse socios. Diez mil pesos no es nada, es lo que se paga por una botella de vino del bueno. El desafió, entonces, para quienes vivimos en este lado del continente es simple, pero a la vez trascendente. Contribuyamos, aunque sea por una vez con lo que cuesta una botella de vino, a abrir las ventanas por donde irrumpa la libertad de expresión, la información veraz y la democracia en nuestro país. Bienvenidos todos los aventureros y aventureras, soñadoras y soñadores de cualquier color.
*El autor es Investigador del Latin American Research Institute (LARI).

Saturday, January 23, 2010

La Derrota del 17 de Enero

Por Rolando H. Vergara
La noticia llegó escueta, Piñera electo Presidente con el 51.61% de los votos. Después de 20 años en el poder la Concertación de Partidos por la Democracia se revuelca, en estos días, en su propia soberbia y muerde el polvo de la derrota.
Ninguna de sus argucias, como esa de que “hay que parar a la derecha” o que “somos el progresismo” dieron resultado. Los socios útiles provenientes de la izquierda claudicante, en particular, del Partido Comunista y su “Juntos Podemos” que pactaron con anticipación votar por Eduardo Frei tampoco pudieron salvarla. La carta del “mal menor” –éticamente ya insostenible- que la Concertación tenía escondida en su manga y que la sacó de apuros en ocasiones anteriores, esta vez igualmente, no sirvió de nada. La frustración y la indignación ciudadana acumulada en estos 20 años, hicieron oído sordo a las promesas de última hora y al chantaje y terminaron por mandar al museo de la historia a la agonizante coalición política y su candidato.
La derrota del 17 de enero se veía venir después del estrepitoso desastre electoral de Freí en la primera vuelta. ¿A quiénes van a culpar ahora de la derrota? Van a culpar a los más de 3 millones de jóvenes que no se inscribieron, a ME-O, a los indiferentes que no se tomaron la molestia de ir a sufragar, o aquellos ciudadanos que postularon legítimamente la opción del voto nulo?
La derrota política irrecusable representa, sin dudas, el rechazo categórico a las políticas de sus distintos gobiernos. Desde Patricio Aylwin hasta Michelle Bachelet, la Concertación no hizo otra cosa que administrar y consolidar, con bastante éxito, la institucionalidad económica y política heredada de la dictadura.
Es una realidad incuestionable que la Constitución de 1980 y todas las leyes fundamentales que rigen el sistema económico, político, social y cultural de nuestro país fueron impuestas por la dictadura, tales como las leyes que limitan el rol del estado en la economía, que conculcan los derechos laborales y sindicales de los trabajadores, o aquellas que convirtieron en un negocio la salud, la educación y la previsión social de los chilenos. Ninguno de los cuatro gobiernos impulsó reformas profundas destinadas a cambiar los pilares esenciales de la democracia tutelada y el modelo neoliberal.
Desde el inicio se vistieron con el mismo traje neoliberal, sustentaron las mismas ideas y aplicaron las mismas recetas políticas, llegando con el tiempo a parecerse tanto a la derecha que a la hora decisiva de votar, la gente no supo distinguir quien era quien. Los ciudadanos no percibieron ninguna diferencia entre la derecha concertacionista y la extrema derecha pinochetista.
La derrota del “17” expresa también un profundo descontento de los pueblos y los trabajadores quienes han sufrido las consecuencias de los distintos gobiernos. El modelo económico chileno, publicitado como el paradigma de desarrollo para América Latina, sin dudas ha generado una gran riqueza, pero esta se ha concentrado en las manos de unos pocos grupos económicos y se ha logrado a costa de la explotación indiscriminada de los recursos naturales y de los trabajadores. El sistema capitalista globalizado por condición intrínseca produce una creciente desigualdad en la distribución de la riqueza.
Se puede afirmar, inequívocamente, que uno de los legados más nefastos de las dos décadas de gobiernos concertacionistas, según diversos estudios de organismos nacionales e internacionales, es la enorme desigualdad en la distribución de la riqueza. Chile es considerado uno de los países más desiguales del mundo, donde el 10 % más rico de la población chilena se lleva el 41,7 % del ingreso nacional, mientras el 10 % más pobre recibe sólo el 1,6%. Las tremendas utilidades de las grandes empresas y la banca, no tienen ninguna relación con los salarios medios de los trabajadores chilenos, con su precaria calidad de vida y sus escasa seguridad social.
Algunos señalaron que la izquierda responsable debía votar por Freí en la segunda vuelta. En otras palabras, eso significaba que era responsabilidad de la izquierda salvar una coalición política que se esmeró en consolidar la versión más salvaje del capitalismo, que creó niveles extremos de desigualdad económica, que entregó gran parte de los recursos naturales a la voracidad del capital transnacional y que privatizó casi todos los bienes que son de todos los chilenos. ¿De donde sacaron que podría ser responsabilidad de la izquierda auxiliar a una coalición política que rescató a Pinochet en Londres e impidió que la justicia chilena lo juzgara por sus crímenes, y que ha reprimido de manera brutal los movimientos sociales y al pueblo Mapuche?
Absolutamente no. No ha sido ni será jamás misión de la izquierda consecuente salvar a defensores del capitalismo, a quienes excluyen, oprimen y explotan a la mayoría de los chilenos.
La derrota del “17” fue responsabilidad única y exclusiva de la inepcia y falta de visión de los actores políticos concertacionistas.

Nota: El autor es Profesor e Investigador del Latin American Research Institute (LARI).

Sunday, July 12, 2009

El Espectro del Marxismo Esta de Nuevo Entre Nosotros

Un fantasma recorre de nuevo mundo, es el fantasma del marxismo. Desde Londres a Berlín, de Moscú a Washington y desde Montreal a Paris las ideas marxistas comienzan a resurgir con fuerza en el suelo fértil de la desastrosa crisis del capitalismo.
Leo Panitch, hasta hace muy poco desconocido dentro y fuera de las fronteras de su país, se ha convertido, de la noche a la mañana, en una celebridad a quien le llueven las invitaciones para dictar conferencias, clases magistrales, o dar entrevistas.
Muchos no saben, incluidos los canadienses, que este investigador y Profesor de Ciencias Políticas de la York University de Toronto, es uno de los más prominentes pensadores marxistas contemporáneos, a la altura de Edward P. Thompson, brillante intelectual marxista ingles, historiador, escritor y fundador de la nueva izquierda en Gran Bretaña en la década de los 50’.
El Profesor Panitch se dio cuenta que el marxismo estaba de vuelta después de recibir una inesperada invitación de una radioemisora local, más popular por sus programas deportivos que los temas políticos, para explicar un hecho también insólito como era el acuerdo de la General Motor, a través del cual los contribuyentes de Estados Unidos y Canadá y los trabajadores de la empresa pasaban a ser dueños mayoritarios de los medios de producción del gigante automotriz (72.5% y 17.5% respectivamente). La crisis económica global, imprevistamente, lanzaba a este modesto investigador al centro del escenario político y académico internacional.
En marzo de este año, Panitch fue invitado por la Ryerson University de Toronto para dar una clase magistral titulada “Still a Marxist After All” (Marxista Aún, Después de Todo) donde explica las razones por las cuales el Marxismo es, hoy día, más relevante que nunca. Una versión resumida de su exposición fue publicada por la revista Foreign Policy considerada como la Biblia del establisment político de Washington.
El vigoroso resurgimiento de las ideas marxistas no es un hecho aislado, sino
un fenómeno de carácter global. En Alemania, donde por estos días se discute la nacionalización de los bancos, solo una empresa editorial vendió en 2008 miles de ejemplares del libro Das Capital, la obra maestra de Karl Marx. El libro “Renewing Socialism” del mismo Leo Panitch ha vendido más copias en los meses recientes que en los últimos siete años.
Más impresionante aún es la invitación personal que recibiera Panitch, nada menos, que de Dmitry Medvedev, Presidente de Rusia, para participar durante la primera semana de Junio en un foro sobre economía mundial, que algunos han considerado como la versión rusa de Davos, para discutir la factibilidad de revitalizar el socialismo en el contexto de la actual crisis económica global.
Otra invitación, no menos importante, que espera en su agenda para los próximos días, es aquella cursada por la prestigiosa London School of Economics de la Universidad de Londres para participar junto a otros destacados intelectuales británicos en una conferencia titulada “Revisiting Marxism: Is Marxism Still Relevant” con ocasión de una nueva publicación del Manifiesto Comunista.
El Profesor Panitch argumenta que una de las principales razones del resurgimiento del marxismo en medio del derrumbe de la ortodoxia neoliberal, es que Marx se adelantó a su época al predecir la exitosa globalización capitalista que tuvo lugar en las últimas décadas; e igualmente fue capaz de prever con bastante exactitud mucho de los funestos factores que han provocado la actual crisis económica global, algo que Marx llamaría “contradicciones” inherentes a un mundo conformado por mercados competitivos, producción de materias primas y especulación financiera.
Si Marx estuviera observando la actual situación, sostiene Panitch, ciertamente con mucho entusiasmo señalaría como los defectos inherentes del capitalismo han conducido a la actual crisis económica. Observaría como el desarrollo moderno de los mercados financieros con la utilización de instrumentos tales como los derivados y la administración y comercio de títulos de deuda han permitido que los mercados propaguen los riegos de la integración económica global. Y concluiría indicando que sin estas innovaciones financieras y sin la, cada vez mas, profunda penetración de la economía financiera en toda la sociedad, la acumulación del capital habría sido significativamente más baja en la últimas décadas.
El resultado ha sido que la demanda del consumidor y por lo tanto la prosperidad de los años recientes, se ha sostenido en el incrementado constante de la deuda de las tarjetas de crédito y los prestamos hipotecarios. Al mismo tiempo se ha debilitado el poder de las organizaciones sindicales y se han reducido los programas sociales dejando a la gente desprotegida y vulnerable a los impactos del mercado.
Es cierto que el volátil sistema financiero global contribuyó a impulsar el crecimiento económico, pero también produjo una serie de inevitables burbujas financieras, siendo la más peligrosa de todas, la burbuja hipotecaria que emerge en los Estados Unidos. La explosión posterior de dicha burbuja tiene un tremendo impacto en todo el mundo, precisamente, porque esta en el mismo centro del sostenimiento de la demanda de los consumidores en los Estados Unidos y los mercados financieros internacionales. Marx, sin dudas, apuntaría que esta crisis es un perfecto ejemplo de como el capitalismo se parece “al hechicero que no puede controlar los poderes de mundo infernal que el mismo ha creado con sus maleficios”.
Panitch, sostiene también, que a pesar de la magnitud de las dificultades actuales, Marx no se haría ilusiones de que la catástrofe económica por si misma efectúe los cambios necesarios. Marx sabia muy bien que el capitalismo por naturaleza engendra y promueve el aislamiento social. Es un sistema escribió, que “no deja en pie otro vinculo entre los hombres, que el desnudo interés personal, el interés del dinero constante y sonante”. En efecto, el capitalismo deja a las sociedades sumidas en “las aguas heladas de sus cálculos egoístas”.
El aislamiento social crea, a su vez, pasividad frente a las crisis personales causadas ya sea por los despidos de los trabajos o las perdidas de las casas e impide que las comunidades de ciudadanos activos e informados se encuentren para comenzar a elaborar alternativas radicales al capitalismo.
Marx si estuviera con nosotros, asegura Panitch, se preguntaría en primer lugar como vencer esta pasividad social que nos consume. En su época, él pensaba que el surgimiento de los sindicatos y los partidos de trabajadores eran un paso adelante. Por eso, en El Capital escribió que el “objetivo inmediato” era la “organización de los proletarios como clase” y su “primera tarea” sería “ganar la batalla por la democracia”. Hoy día, probablemente, Marx estimularía la formación de nuevas identidades colectivas, asociaciones e instituciones a través de las cuales el pueblo pudiera resistir el status quo capitalista y comenzar a decidir la mejor manera para satisfacer sus necesidades.
En el último tiempo no sólo el Profesor Leo Panitch en Canadá, sino muchos otros intelectuales, políticos y luchadores sociales en distintos lugares del planeta, se han dado cuenta que el espectro del marxismo se encuentra de nuevo entre nosotros.
Si usted fue uno de aquellos que hace, un par de décadas, se creyó el cuento ese de que había llegado el “fin de la historia”, “el término de la lucha de clases” o el “fin del socialismo”, si aún no lo ha hecho, le aconsejamos que comience a desempolvar y a releer los escritos Karl Marx, pues continúan siendo una poderosa herramienta para entender el caos al cual ha arrastrado la humanidad el capitalismo globalizado y una guía, clara como el sol, para impulsar la acción y la transformación de la realidad actual.
Notas:
Leo Panitch, “Thoroughly Modern Marx”, Foreign Policy, Washington, USA, Mayo/Junio 2009.
Ian Brown, “The 18th Brumaire of Barack Obama”, Globe and Mail, Canada, 13 de Junio de 2009.

*El autor es Profesor e Investigador del Latin American Research Institute (LARI).

Saturday, June 13, 2009

Para Despedir A Un Imprescindible

“Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

Bertolt Brecht
Hay episodios inéditos de la lucha clandestina contra la dictadura, que no han sido narrados aún por sus protagonistas. En algunos casos los participantes directos nunca podrán hacerlo porque ya no están, los sicarios del gobierno militar los hicieron desaparecer o los asesinaron vilmente a plena luz del día; o como consecuencia de enfermedades y el inexorable paso de los años ya se han ido para siempre de este mundo. Sin embargo todavía quedan otros, que en su condición de actores o testigos si pueden contar y documentar los hechos.
Después de enterarme, a través de la publicación digital PiensaChile.com, del fallecimiento de Vicente García Pincheira, considere que era un deber moral y un acto de lealtad a su memoria, agregar detalles desconocidos de la vida de este combatiente socialista revolucionario.
Compartí con Ramón, su nombre político, una etapa de la lucha clandestina antidictatorial que no se menciona en los discursos de despedida.
La gigantesca tarea de reconstruir desde las ruinas el Partido Socialista de Chile (PSCH), comenzó inmediatamente después de la heroica resistencia del Presidente mártir Salvador Allende y de un grupo de combatientes en La Moneda.
En aquellos días, sólo los manuales hablaban de repliegue organizado, mas la implacable realidad mostraba un panorama de desbande general. El pánico había calado hondo hasta en los más concientes y la mayoría lo único que pensaba era en irse del país, mientras otros querían olvidarse de todo. Escasos, muy escasos se pusieron los militantes en esos aciagos días.
Mi encuentro con Ramón fue afortunado y casual, y de produce a mediados de Diciembre de 1973 mientras caminaba solo hacia el centro de la ciudad. Nos conocíamos de antes y yo sabia que era dirigente provincial de la Central Única de Trabajadores. Mientras caminábamos conversamos de muchas cosas saltando de un tema a otro. Me contó que había estado detenido en la Base Naval de Talcahuano y que recién venia recuperando su libertad.
No recuerdo con exactitud cuanto caminamos, pero fue al instante de despedirnos cuando, con ciertas dudas, le pregunté que pensaba hacer. Me miró con seriedad y antes de decir nada, movió varias veces la cabeza. La interrogante, sin dudas, lo había sorprendido.
Hay que ponerse a trabajar!, dijo luego de un breve silencio. Le estire la mano y nos despedimos con el compromiso de volvernos a ver.
En nuestro segundo encuentro le informé que Alejandro y Mauro, habían tomado en sus manos la reorganización del partido y que se diera de inmediato por integrado.
No dudamos un instante de su palabra, pues su honestidad y decisión era las cualidades propias de los militantes proletarios. Para esa nueva fase de la lucha, que apenas comenzaba, se requerían hombres y mujeres consecuentes, audaces, dispuestos y resueltos como él.
Nos reunimos en vísperas de Navidad, por primera vez los tres, en la casa de un obrero que vivía en el Barrio Norte. Conversamos largo, analizamos la situación que se vivía, hicimos un recuento de los que quedaban y acordamos lo que haríamos inicialmente. Esa noche quedó constituida una incipiente dirección política y sellamos con un abrazo el compromiso de llevar adelante la ardua labor de reorganización.
Alejandro, Mauro y Ramón integraron la primera Dirección Regional clandestina del PSCH en Concepción. Alejandro corresponde al nombre político de Juan González, ex-Secretario Regional de la JS, quien a mediados de 1974, para aminorar el asedio represivo, seria sacado de la provincia y enviado a Santiago.
Decir que fue un “destacado dirigente sindical”, “un ejemplo de luchador social” y “un socialista de calidad” se ajusta a la verdad, pero es enteramente insuficiente para describir lo esencial de su pensamiento y acción revolucionaria.
Es necesario señalar que fue parte de una generación de socialistas que desarrollan su acción política, en la etapa más arriesgada y dura de la lucha antidictatorial; que sabían que podían perder sus vidas, en cualquier instante y lugar, y que asumen esos riesgos con la convicción de estar aportando a la construcción de un Partido Nuevo, mejor que el que existía, depurado de sus debilidades e ineficiencias.
Fue un apasionado e intransigente defensor de las tesis y orientaciones de la Dirección Nacional Clandestina de esa época (Exequiel Ponce, Carlos Lorca y Ricardo Lagos Salinas) contenidas en el controvertido “Documento de Marzo” que hasta hoy, todavía, hace temblar a algunos personajes “socialistas”.
En su condición de dirigente obrero no titubeo, ni por un instante, en hacer suyo el reto que proponía la Dirección Nacional de “construir un partido marxista leninista, destacamento de vanguardia de la clase obrera con influencia en extensas capas sociales, adaptado a las nuevas condiciones del trabajo clandestino, capaz de resistir la represión fascista y dominar a fondo todas las formas de lucha, profundamente enraizado en las masas y conductor efectivo de los combates del pueblo”.
Ramón no fue, por lo tanto, un luchador social más, ni un socialista cualquiera, fue un militante revolucionario que actuó guiado por los principios de la ideología del proletariado y el objetivo de su lucha era la construcción de una sociedad socialista.
La historia de la lucha clandestina, que aún no se escribe, consignará 1975 como el año más trágico, lúgubre y funesto para los socialistas. La detención, desaparición y muerte de un número significativo de brillantes líderes socialistas ocurre en los meses de Junio y Julio de ese año.
Septiembre fue también mes aciago para el partido en Concepción. A fines de Agosto fue detenida Alicia, encargada de comunicaciones, luego de lo cual la Dirección se reúne para analizar la ola represiva que se venia encima y se acuerda que Mauro y Ramón deberían abandonar la zona lo antes posible. Dos días después, el 5 de septiembre de 1975, Mauro es detenido y con ello se desarticula la Dirección Regional. Ramón alcanza a salir y se integraría más tarde al trabajo clandestino de la Dirección Nacional. Esa fue la última vez que nos vimos.
Estando aún en el país me enteré de su segunda detención y su posterior exilio en México, desde donde decidiría retornar a mediados de los 80 para reintegrarse, otra vez, a la lucha contra la dictadura. Como lo ha expresado con acierto su hija Mireya, “Vicente no se rindió nunca”.
Quienes lo visitaron en sus últimos días, dicen que mantenía su espíritu crítico y buscaba “una respuesta a tanta ambigüedad y traición a los postulados históricos del socialismo chileno”.
Es imposible imaginar que Vicente hubiese estado contento con toda la metamorfosis de su partido o que se hubiera sentido orgulloso de la contribución que han hecho los “socialistas” en los diversos gobiernos de la Concertación a la mantención del modelo neoliberal, que sostiene la inequidad económico social de la mayoría de los chilenos, que entrega las riquezas naturales a la voracidad de las empresas privadas transnacionales y que ha convertido la salud, la educación y la previsión social en un inmoral negocio. Jamás podría haber pertenecido a un partido que defiende la expresión más brutal del capitalismo, sistema que por estos días se cae a pedazos en todas partes del mundo.
Quizás lo que más impresiona de su vida, es la determinación y fortaleza para mantener sus ideales y su acción política hasta el final.
Ser revolucionario cuando joven es fácil, pero mantener las convicciones y el entusiasmo, a través de los años, es muy difícil. Sobre todo en esta época confusa que nos ha tocado vivir, donde las dificultades nos inmovilizan y el desaliento nos apaga la pasión por aquellas causas que antes nos hacían vibrar.
El camarada Vicente García Pincheira, con su extraordinaria consecuencia, se ubica en esa rara categoría de hombres y mujeres que luchan toda una vida. Esa elite, a la cual Bertolt Bretch llamaría, certeramente, los imprescindibles.

Saturday, March 07, 2009

Algo Más Que Sol, Mar y Playa

Chile es un país imprevisible, donde la imaginación a menudo sucumbe ante las impresionantes sorpresas. Para mí, sigue siendo todavía un país desconocido o un territorio por descubrir. En cada uno de mis viajes, he tenido la oportunidad de conocer lugares geográficos inéditos y grupos humanos originales.
Este verano, que aún no termina en el extremo sur, estuvimos de vacaciones en Pingueral. Me atrevería a apostar que no son muchos en el país, y menos todavía afuera, los que conocen este hermoso rincón del sur de Chile.
Pingueral es un exclusivo complejo turístico residencial, ubicado a sólo 30 kilómetros de la ciudad Concepción y a unos pasos del balneario Dichato, que obsequia al visitante la abrumadora tranquilidad de sus playas de arenas blancas y la frescura verde de sus bosques que purifican el entorno. Según el Diario El Sur, Pingueral se ha convertido en el resort más importante de la VIII Región.
A un costado de la playa y junto un cerro, se despliegan las calles y avenidas de la villa. Sobresale la originalidad arquitectónica de las casas, las cuales son grandes, bonitas, modernas y con áreas verdes bien cuidadas. Es difícil encontrar dos viviendas iguales.
Una de las cosas que, tal vez, más impresiona es el novedoso concepto de desarrollo urbano que se quiso implementar. Es un proyecto de urbanización abierto, donde las casas no tienen cercos, los sitios no tienen murallas, las ventanas no tienen rejas, no hay portones con seguros electrónicos y tampoco candados colgando de las puertas. La gente vive en un ambiente seguro y controlado, con una extraordinaria tranquilidad para todos, sin asaltos, sin robos y sin problemas de tráfico vehicular. Pingueral, dicen sus vecinos, “es como vivir en otro país”.
Y tienen razón, es la cara enteramente opuesta al país que conocemos. A pesar del aprecio que tengo por el país, debo confesar que detesto con toda mi alma ese Chile con aspecto de cárcel o campo de concentración que tienen sus casas, sus barrios y sus ciudades. Me causan tremenda angustia las rejas metálicas y los muros que se construyen por todas partes, me provocan escalofríos las puntas afiladas de los vidrios y las alambradas amenazantes que coronan las paredes.
En ese país hostil, inseguro y al acecho, Pingueral es como un oasis de serenidad y tranquilidad.
El gestor e impulsor de este verdadero paraíso turístico residencial es el empresario Gustavo Yánquez Mery, quien comenzó a desarrollar el proyecto en 1990 con la idea de “replicar el modelo Santiago-Viña del Mar” en la gran ciudad de Concepción.
El empresario, sin dudas, ha sido exitoso en el desarrollo de su proyecto. En la actualidad, después de 19 años, existen 450 familias que son propietarios de casas y unos 300 dueños de departamentos en los cuatro edificios que conforman el proyecto Costa Pingueral. En casi dos décadas, según cifras de la empresa, se han invertido cerca de 80 millones de dólares.
Los planes del empresario se vieron, sin embargo, imprevistamente perturbados durante el verano 2006 cuando Andrea Contreras Dueza, una mujer de la ciudad de Chillán, interpuso una denuncia en el Ministerio de Bienes Nacionales, luego que los guardias de seguridad que controlan día y noche el lugar, le impidieran el ingreso a la playa. En su reclamo la mujer alegaba que Pingueral era una playa pública y por lo tanto de uso de todos los chilenos.
Gustavo Yánquez, en entrevista a la revista digital “Nos Identifica”, acusa que detrás de la obsesión por abrir la playa al uso público hay una “maquinación política de la ex intendenta de Chillán María Soledad Tohá y un par de personas más”.
El Ministerio de Bienes Nacionales, a través de la Secretaria Regional Ministerial del Bio- Bio, encargada de realizar la investigación emitió en Junio de 2008, una resolución que lleva la firma de la Intendenta Maria Angélica Fuentes, ordenando abrir el acceso público a Pingueral. Meses más tarde, la Corte de Apelaciones de Concepción, ante un recurso de protección presentado por los propietarios de Pingueral, ratificó la resolución del organismo gubernamental.
Es importante mencionar que los fundamentos jurídicos de la resolución del gobierno emanan del decreto ley No 1.939 de 1977, que en su artículo 13 “garantiza el libre acceso a las playas para fines turísticos y de pesca”.
Al mismo tiempo, el Código Civil en su artículo 589 define con claridad que “se llaman bienes nacionales aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda.” Y agrega que “si además su uso pertenece a todos los habitantes de la nación, como el de calles, plazas, puentes y caminos, el mar adyacente y sus playas, se llaman bienes nacionales de uso público o bienes públicos.”
La Ministra de Bienes Nacionales, Romy Schmidt, por su parte, en visita a terreno y desde la misma playa Pingueral, señaló a la prensa en forma categórica que “en Chile no existen las playas privadas”.
En este instante el caso Pingueral se encuentra a la espera de una resolución definitiva por parte del Tribunal Constitucional.
Llama la atención que hubiera sido una sola persona, una sola ciudadana, una sola mujer, quien reclamara su derecho a usar un bien público como son las playas del país. No fue un grupo de ciudadanos ni tampoco organizaciones sociales las que hicieron la denuncia; a pesar que ahora es posible encontrar en Facebook un grupo de personas que se ha pronunciado a favor de ella.
Este hecho demuestra que una gran mayoría de los chilenos padecen, aún, del "síndrome dictadura” y simplemente adoptan una actitud de resignación y claudicación frente a la violación de sus derechos.
Son elogiables las ideas innovadoras de cualquier empresa, pero es inaceptable la venta, con fines de lucro, de exclusividad, seguridad y tranquilidad a un grupo de vecinos, a costa de conculcar los derechos de los demás.
Las maravillosas e impresionantes sorpresas que depara la geografía de nuestro país, como son sus playas de mar, lagos y ríos, no son propiedad de unos pocos acaudalados, sino de todos los ciudadanos. Es hora, ya, que los chilenos, emulando el ejemplo de Andrea Contreras, recuperen definitivamente los bienes nacionales y riquezas naturales que les pertenecen.
*El autor es investigador del Latin American Research Institute

Sunday, June 29, 2008

En el Centenario y Siempre, Seamos Como Allende

Compleja y promisoria época la que nos toca vivir. Llena de obstáculos para avanzar, pero con horizontes luminosos que se asoman en la lejanía. En esta nueva realidad el legado político de Salvador Allende, según algunos tránsfugas de la izquierda, no tendría ninguna vigencia ni relevancia.
El estrepitoso derrumbe de los socialismos reales en la URSS y en Europa del Este, imprevistamente, nos despojaron de las imprescindibles utopías y sueños de que era posible un modelo de sociedad mejor que la capitalista para organizar el crecimiento de las fuerzas productivas y la convivencia humana. Nos habríamos quedado, como dice Tomas Moulian, sin “imaginario de la historicidad”.
La euforia del imperio y las burguesías fue tanta que llegaron a proclamar el fin de comunismo, el fin del socialismo y el fin del marxismo. Francis Fukuyama, ideólogo ultraderechista, fue incluso más lejos llegando a hablar del fin de la historia.
El capitalismo a simple vista había triunfado de manera decisiva y los modelos económicos neoliberales se propagaban por el mundo dando paso a la globalización. Ahora sí que la humanidad, gracias a la libre empresa y las privatizaciones, transitaría hacia una etapa de paz duradera, democracia, estabilidad y bienestar para todos.
Han transcurrido cerca de cuatro décadas desde los inicios de la globalización y las promesas del capitalismo no se ven por ninguna parte. Para entender la realidad actual no se necesita ser economista ni tampoco marxista, sólo basta con encender el televisor y observar lo que esta ocurriendo en el mundo. Los milagros ofrecidos por el capitalismo no se ven por ningún lado. Las guerras continúan azotando a varios países entre ellos Irak, Afganistán y el Medio Oriente, no se ha eliminado el terrorismo, la inestabilidad política se generaliza, y las promesas de prosperidad económica se han esfumado. Por el contrario, la crisis económica y social se profundiza, la brecha entre ricos y pobres aumenta. A la par con la globalización del neoliberalismo se globalizan también las desigualdades y aumentan, al mismo tiempo, las diferencias entre ricos y pobres dentro de los propios países desarrollados. (1)
En América Latina, en particular, el descontento de los pueblos y el rechazo de las políticas neoliberales y de las privatizaciones ha ido en constante aumento.
¿Deberíamos entonces, a estas alturas, concluir que el capitalismo ha resuelto los grandes problemas de la humanidad y que no es necesario imaginar alternativas políticas distintas? ¿O tendríamos que estar de acuerdo con la absurda idea de Fukuyama que se acabo para siempre la historia?
De ninguna manera. Seria una conclusión enteramente errónea, contraria a la lógica y a las evidencias que suministra la realidad concreta. Es en esta nueva realidad, precisamente, donde el legado político fundamental de Salvador Allende se hace más actual y vigente que nunca.
El estudio de la practica política de Allende es una fuente indispensable para la reflexión y la acción creadora en estos días. Este es, en esencia, el gran desafió que tienen por delante quienes se proponen rescatar el legado político fundamental de Allende. Los monumentos oficiales, aunque alguna utilidad puedan tener, no han sido creados para incentivar la reflexión acerca de los problemas y la realidad existente, para educar ni menos para convocar a la acción.
Ser Allendista en estos tiempos marcados por una gran debilidad y dispersión de las fuerzas del pueblo, significa asumir resueltamente la ardua y prolongada tarea de reagrupar la izquierda y buscar sin descanso la unidad del movimiento popular.
Desde 1952, año de su primera postulación a la presidencia, hasta sus últimos días Allende fue un perseverante constructor de la unidad de socialistas y comunistas, principales partidos de la izquierda, en ese entonces. Ni por un instante claudicó en sus esfuerzos unitarios, a pesar de lo compleja y fatigosa que muchas veces, se tornaba esa misión.
Ser Allendista, en esta nueva realidad, implica empujar creativamente distintas iniciativas de unidad a partir de las propias organizaciones sociales, para culminar en el diseño de un proyecto alternativo de sociedad. En estos tiempos difíciles para la izquierda, se nos viene a la memoria una imagen captada en una fotografía de los años 60, que muestra a un Allende con megáfono en mano hablándole a un puñado de pobladores en plena labor de educación, creación de conciencia y movilización.
Ser Allendista en esta época de capitalismo globalizado y salvaje, significa refutar el modelo económico neoliberal, denunciar sus notorias inequidades económicas, sociales y culturales, y sus desastrosas consecuencias ecológicas. Requiere impulsar decididamente la lucha anticapitalista.
Allende a partir de la publicación de su libro La Realidad Medico-Social Chilena en 1939, pasando por sus innumerables intervenciones en el congreso en su calidad de diputado y senador, así como en sus campañas presidenciales y como presidente electo del Gobierno Popular mantuvo una constante denuncia de las desigualdades e injusticias del sistema capitalista.
Ser Allendista en estos días de neoliberalismo globalizado exige mantener una critica anticapitalista intransigente y una posición antiimperialista consecuente. Esta postura tiene afinidad con el ideario Allendista, y al mismo tiempo rescata el legado histórico de la izquierda chilena.
El latinoamericanismo y el antiimperialismo constituyeron rasgos sobresalientes del pensamiento y la acción política de Allende. Él tenia la firme convicción que el sometimiento, la expoliación, el atraso y la pobreza de los países de América Latina tenían causas conocidas y precisas. “Somos países dependientes, englobados en el proceso de desarrollo económico de las grandes metrópolis. La razón dialéctica se expresa con claridad. Existe el subdesarrollo porque existe el imperialismo. Existe el imperialismo porque existe la pobreza”, señalaría en cierta ocasión.(2)
Ser Allendista en el umbral del siglo XXI, por último, significa reconocer que el mundo ha cambiado, que se vive una nueva época y que existen condiciones distintas. Adecuarse a las nuevas condiciones, sin embargo, no conlleva a renunciar a la lucha contra el sistema capitalista ni menos abandonar la aspiración de superar dicho modo de producción, por un proyecto alternativo de sociedad auténticamente democrática, libertaria y humanista que ya comienza a vislumbrarse en el horizonte de América Latina con el nombre de socialismo del siglo XXI.
Ser Allendista hoy día consiste, justamente, en creer con pasión al igual que el Presidente Mártir en la posibilidad de un nuevo socialismo. Sin dudas, el legado político esencial de Salvador Allende, su contribución fundamental a la historia de lucha social en nuestro país, consiste en haberse dado cuenta mejor que nadie dentro de la izquierda que en la sociedad chilena existían las condiciones para la instalación del socialismo; y haber luchado con dicha convicción durante cuarenta años. (3)
La figura de Allende crece y se agiganta con el tiempo en la memoria de todos aquellos que luchan por un mundo mejor. Sus ideas, a pesar del empeño de sus enemigos, resurgen más convincentes y luminosas. Algunos quizás se atrevan a objetar sus conocimientos teórico-marxistas, pero lo que es imposible cuestionar es su ejemplo imperecedero de consecuencia; su consistencia entre su conducta y sus creencias, su valentía para defender sus convicciones con su propia vida.
Porque en estos días, hay una gran ausencia de esta especie de hombres, es que el legado de Allende esta más actual y vigente que nunca. No solamente en el centenario de su natalicio sino siempre, seamos como Allende.
Notas:
1. Alan Woods, El Socialismo no es Utópico sino una Necesidad, Rebelión, 2004
2. Salvador Allende, Discursos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975.
3. Alexander Zalmak, (seudónimo de Hermes Benítez), Allende; Su Legado Político Esencial, Revista Entrelíneas, Edmonton, 1990.
*El autor es profesor e investigador del Latin American Research Institute (LARI), Canadá.