Sunday, April 25, 2010

Diario Uno Hace Noticia

Por Rolando H. Vergara*
Un hecho extraordinario tuvo lugar en el mes de marzo en Chile. Diario Uno-D1 apareció a la venta en las principales ciudades del país.
Algunos indicios teníamos por las noticias que llegan, de cuando en cuando, en las maletas de los viajeros que vienen regresando; y ahora que ya se encuentra en los kioscos y en las calles, saludamos con entusiasmo la aparición de este nuevo medio informativo.
En el Chile de hoy, donde los ciudadanos están impedidos en la práctica de ejercer sus derechos a la libertad de opinión y de expresión, y donde la opciones para informarse se reducen grotescamente a elegir entre los grupos mediáticos monopólicos El Mercurio y Copesa, voceros de los poderosos y el gran capital, es fundamental la existencia de una prensa libre y crítica.
A la distancia enviamos nuestros elogios a ese puñado de audaces y soñadores que dieron forma a la idea de fundar un diario nacional con el confeso propósito de romper el cerco informativo que impone la concentración de los medios de comunicación en unas pocas manos. La iniciativa de publicar Diario Uno -D1 es indiscutiblemente una gran idea, que pone a la orden del día la obligación de pensar y soñar en grande. En momentos decisivos como los que se viven en nuestro país, la audacia tiene que ir de la mano con el realismo para pensar y soñar en grande. Es esencial, más que nunca, creer en el poder de los sueños. "La utopía esta en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar", reflexiona el gran historiador uruguayo Eduardo Galeano. El Chile del futuro será exactamente el país que seamos capaces de soñar ahora.
Según los principios orientadores que se han definido, Diario Uno-D1 es un medio de comunicación inspirado en el interés público, con irrestricta independencia de toda forma de poder establecido sea de origen empresarial, político, gremial, religioso o cualquier otro. Esta inédita iniciativa de periodismo social y comunitario pretende, según sus impulsores, involucrar a los ciudadanos en general y, en particular, a las organizaciones sociales desde la base en cada comuna y ciudad del país. Otro rasgo importante que se señala, es el ejercicio de una visión crítica y autocrítica de la realidad en el marco del respecto a la dignidad de las personas. Y se afirma también que no será misión del diario "adoctrinar, evangelizar ni hacer proselitismo político ni concientizar. Nuestra misión será ante todo informar, garantizar espacios de opinión y promover el acceso al conocimiento. Esperamos con ello no sólo dar cuenta de la realidad del país, sino también del mundo y sobre todo de América Latina."
En una campaña pública lanzada en la ciudad de Santiago, Ahumada con Huérfanos, y con la colaboración del Movimiento Ciudadano Aquí la Gente, se llamó a todos los ciudadanos a participar en esta gran aventura de crear Diario Uno-D1, se lee de uno. La meta, según se anunció es conseguir 3 mil hombres y mujeres con espíritu de aventura que se pongan con 10 mil pesos. Quienes decidan embarcarse en la empresa y convertirse en socios deben depositar la cantidad mencionada en la cuenta No 01-78909-0 del Banco Bice, cuenta asociada al RUT 8.252.630-7 de Marcel Claude, Director de Diario Uno. Al mismo tiempo deben enviar copia del comprobante del depósito a las oficinas del diario cuya dirección es San Antonio 378 Oficina 808, Santiago. Más detalles acerca de cómo formalizar el registro de socio pueden ser obtenidos en la página del periódico en Internet www.diariouno.cl. Serán los socios del diario quienes, en ultima instancia, asumirán la propiedad y control del diario a través de la constitución de la Cooperativa de Comunicaciones Uno.
Desconocemos, en este instante, cual ha sido la respuesta de la gente y cual ha sido el resultado de la campaña. Sin embargo pensamos que cualquiera que sean, es fundamental apoyar de todas maneras esta expresión de periodismo libertario y democrático. Creemos que es importante difundir Diario Uno -D1 aquí en las comunidades Chileno-Canadienses, de modo que quienes sientan correr por sus venas un poquito de ese espíritu de aventura puedan también hacerse socios. Diez mil pesos no es nada, es lo que se paga por una botella de vino del bueno. El desafió, entonces, para quienes vivimos en este lado del continente es simple, pero a la vez trascendente. Contribuyamos, aunque sea por una vez con lo que cuesta una botella de vino, a abrir las ventanas por donde irrumpa la libertad de expresión, la información veraz y la democracia en nuestro país. Bienvenidos todos los aventureros y aventureras, soñadoras y soñadores de cualquier color.
*El autor es Investigador del Latin American Research Institute (LARI).

Saturday, January 23, 2010

La Derrota del 17 de Enero

Por Rolando H. Vergara
La noticia llegó escueta, Piñera electo Presidente con el 51.61% de los votos. Después de 20 años en el poder la Concertación de Partidos por la Democracia se revuelca, en estos días, en su propia soberbia y muerde el polvo de la derrota.
Ninguna de sus argucias, como esa de que “hay que parar a la derecha” o que “somos el progresismo” dieron resultado. Los socios útiles provenientes de la izquierda claudicante, en particular, del Partido Comunista y su “Juntos Podemos” que pactaron con anticipación votar por Eduardo Frei tampoco pudieron salvarla. La carta del “mal menor” –éticamente ya insostenible- que la Concertación tenía escondida en su manga y que la sacó de apuros en ocasiones anteriores, esta vez igualmente, no sirvió de nada. La frustración y la indignación ciudadana acumulada en estos 20 años, hicieron oído sordo a las promesas de última hora y al chantaje y terminaron por mandar al museo de la historia a la agonizante coalición política y su candidato.
La derrota del 17 de enero se veía venir después del estrepitoso desastre electoral de Freí en la primera vuelta. ¿A quiénes van a culpar ahora de la derrota? Van a culpar a los más de 3 millones de jóvenes que no se inscribieron, a ME-O, a los indiferentes que no se tomaron la molestia de ir a sufragar, o aquellos ciudadanos que postularon legítimamente la opción del voto nulo?
La derrota política irrecusable representa, sin dudas, el rechazo categórico a las políticas de sus distintos gobiernos. Desde Patricio Aylwin hasta Michelle Bachelet, la Concertación no hizo otra cosa que administrar y consolidar, con bastante éxito, la institucionalidad económica y política heredada de la dictadura.
Es una realidad incuestionable que la Constitución de 1980 y todas las leyes fundamentales que rigen el sistema económico, político, social y cultural de nuestro país fueron impuestas por la dictadura, tales como las leyes que limitan el rol del estado en la economía, que conculcan los derechos laborales y sindicales de los trabajadores, o aquellas que convirtieron en un negocio la salud, la educación y la previsión social de los chilenos. Ninguno de los cuatro gobiernos impulsó reformas profundas destinadas a cambiar los pilares esenciales de la democracia tutelada y el modelo neoliberal.
Desde el inicio se vistieron con el mismo traje neoliberal, sustentaron las mismas ideas y aplicaron las mismas recetas políticas, llegando con el tiempo a parecerse tanto a la derecha que a la hora decisiva de votar, la gente no supo distinguir quien era quien. Los ciudadanos no percibieron ninguna diferencia entre la derecha concertacionista y la extrema derecha pinochetista.
La derrota del “17” expresa también un profundo descontento de los pueblos y los trabajadores quienes han sufrido las consecuencias de los distintos gobiernos. El modelo económico chileno, publicitado como el paradigma de desarrollo para América Latina, sin dudas ha generado una gran riqueza, pero esta se ha concentrado en las manos de unos pocos grupos económicos y se ha logrado a costa de la explotación indiscriminada de los recursos naturales y de los trabajadores. El sistema capitalista globalizado por condición intrínseca produce una creciente desigualdad en la distribución de la riqueza.
Se puede afirmar, inequívocamente, que uno de los legados más nefastos de las dos décadas de gobiernos concertacionistas, según diversos estudios de organismos nacionales e internacionales, es la enorme desigualdad en la distribución de la riqueza. Chile es considerado uno de los países más desiguales del mundo, donde el 10 % más rico de la población chilena se lleva el 41,7 % del ingreso nacional, mientras el 10 % más pobre recibe sólo el 1,6%. Las tremendas utilidades de las grandes empresas y la banca, no tienen ninguna relación con los salarios medios de los trabajadores chilenos, con su precaria calidad de vida y sus escasa seguridad social.
Algunos señalaron que la izquierda responsable debía votar por Freí en la segunda vuelta. En otras palabras, eso significaba que era responsabilidad de la izquierda salvar una coalición política que se esmeró en consolidar la versión más salvaje del capitalismo, que creó niveles extremos de desigualdad económica, que entregó gran parte de los recursos naturales a la voracidad del capital transnacional y que privatizó casi todos los bienes que son de todos los chilenos. ¿De donde sacaron que podría ser responsabilidad de la izquierda auxiliar a una coalición política que rescató a Pinochet en Londres e impidió que la justicia chilena lo juzgara por sus crímenes, y que ha reprimido de manera brutal los movimientos sociales y al pueblo Mapuche?
Absolutamente no. No ha sido ni será jamás misión de la izquierda consecuente salvar a defensores del capitalismo, a quienes excluyen, oprimen y explotan a la mayoría de los chilenos.
La derrota del “17” fue responsabilidad única y exclusiva de la inepcia y falta de visión de los actores políticos concertacionistas.

Nota: El autor es Profesor e Investigador del Latin American Research Institute (LARI).